Modelo Educativo Etievan
La educación se inspira en el Modelo Educativo Etievan, que fue creado por la señora Nathalie de Salzmann de Etievan como resultado de una larga experiencia educativa con niños y jóvenes. Su comprensión de la situación del ser humano la llevó a concluir que la educación que positivamente contribuye a la formación de seres responsables, interesados en su propio desarrollo, en su familia y en su entorno, debe estar dirigida, no sólo a la mente, sino también al sentimiento y al cuerpo, para que exista un equilibrio entre el pensar, el hacer y el sentir.
¿Qué entendemos por Educar?
Educar es desarrollar y elevar los sentimientos, los pensamientos y la voluntad. Desarrollar estas diferentes dimensiones en cada niño, a la vez que generar condiciones y sembrar el deseo de un crecimiento espiritual durante toda la vida. Nuestro Modelo Educativo se orienta hacia una educación integral, en que todas las partes del niño o del joven son tocadas y transformadas durante el proceso educativo.
La Educación de la Mente
El Modelo Etievan contempla una rica formación intelectual, formando las capacidades de la mente e introduciendo al niño en el mundo del conocimiento, privilegiando la comprensión sobre la información, así como la calidad del aprendizaje por sobre la cantidad. Se procura que el estudiante aprenda a acudir a una inteligencia más fina, más sensible y no hecha de respuestas automáticas. Es fundamental desde el punto de vista del modelo que la relación que el alumno desarrolle con el conocimiento sea activa y no pasiva. El alumno debe ser invitado a buscar, a construir y descubrir y no ser objeto pasivo de una instrucción. La relación de los alumnos con el saber debe corresponder al ritmo de su desarrollo integral. En nuestro proyecto pedagógico privilegiamos durante los primeros años el despliegue de un mundo rico en imágenes y representaciones, utilizando recursos del arte, el lenguaje y las ciencias, así como un aprender, en la medida de lo posible, a través de la experiencia y una relación vivencial con los contenidos, enfatizando posteriormente el desarrollo de proyectos, e ir así incorporando gradualmente saberes más complejos y abstractos, los que posteriormente se constituyen en el centro de la formación intelectual durante la educación media.
La Educación del Sentimiento
La materia a enseñar nunca puede ser más importante que el niño. En el Modelo Etievan no se hace la separación tradicional según la cual al colegio le corresponde educar la mente mientras a la familia le correspondería educar los sentimientos. Esta separación resulta demasiado artificial, y suele tener como consecuencia que en definitiva los sentimientos no son educados por nadie. Desde nuestra perspectiva, es posible y necesario educar el sentimiento. El mundo del sentimiento es un mundo muy fino cuyo desarrollo requiere de mucho cuidado y atención para que crezca y se exprese de manera auténtica. Ello implica enseñar al niño a conocer y comprender su mundo emocional y ayudarle a tomar contacto con sus sentimientos más profundos. En este trabajo es esencial la apertura y la calidad del sentimiento que el propio docente tenga a su vez hacia el niño, así como su capacidad para expresarlo.
La Educación del Cuerpo
La educación del cuerpo no debe reducirse sólo a los ejercicios gimnásticos habituales y a la práctica de deportes, por importante que sea incluir una formación en este ámbito. Es importante atender también al desarrollo de una dimensión corporal y motora más fina, que involucre el desarrollo de la coordinación y la atención del cuerpo a través de prácticas como la rítmica y el judo, por ejemplo, así como el gozo propio de las actividades realizadas en ambientes naturales donde se ejercita una relación más directa con la naturaleza.
COLEGIO ETIEVAN
Educando la Mente, el Cuerpo y el Sentimiento
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